Las dos caras

Pero también lo apreciamos cuando comparamos nuestro momento con el de otras personas cercanas. Cuando estamos tristes por algo, creemos que el mundo no tiene derecho alguno a ser feliz y ignorar nuestra desgracia, y nunca nos sentimos suficientemente atendidos. "Cómo puede ser tan egoísta, no se da cuenta de lo que estoy pasando"...Cuando es al revés, es difícil recordar cómo nos sentíamos estando al otro lado y conservar la empatía. Si lo hacemos, nos sentimos culpables por nuestro bienestar, cómo si tuvieramos que pedir disculpas por ser felices. Este viernes me sentía particularmente feliz y ilusionada, pero una amiga muy cercana estaba pasando por un momento horrible en su vida, tal vez el peor. Aunque no creo haberla dejado de lado - y espero que ella tampoco lo crea-, no pude evitar sentirme algo culpable por mi felicidad.
Supongo que ambos sentimentos, felicidad y alegría, contra más extremos són, más actúan como una nube que no te deja ver con claridad y tiene que haber algo, como un resorte, que te fuerce a reaccionar. A darte cuenta de que en el instante siguiente, tu puedes estar al otro lado.
2 comentarios
Patri -
InDo... -
Pero como diría alguien que yo me sé, somos "persones humanes", y por mucho que te duela ver sufrir a tu amiga, no podrás dejar de compararte con ella y pensar en la suerte que tienes. Pero eso no es malo, es natural. Lo importante es que ella sepa que tú estarás ahí, pero siempre teniendo en cuenta que tienes tu propia vida y pleno derecho a disfrutarla.
Enjoy the moment, xati!;)